Decir mujer,
es decir hogar, calidez, abrigo.
Es poderse a uno mismo ver,
En lo recibido.
Es poder partir, sabiéndose animado,
Y poder volver, sabiéndose querido.
Es poder sumar, sabiéndose acotado.
Y también restar, sumando lo ganado.
Decir mujer, es nombrarlo todo,
Sentirse acompañado…
Es mirar al cielo, viéndose por el techado,
Y pisar la tierra, sosteniendo los pasos dados...
Sentir la lluvia, regando tus raíces,
Y cantar el canto, de horneros y perdices.
¡Despierta hombre pues,
Que ya es casi la aurora!
Eleva tu vista y aprende,
Qué ya es tiempo y es hora,
De aprender a cuidar a quien,
Te ha cuidado hasta ahora.