A veces imagino el Cielo,
Cómo una oculta deriva,
Como aquello que descubre el velo,
De todo lo bueno hecho en vida.
A veces imagino el cielo,
El mío, y también el tuyo,
eLleno de miles de extraños,
bien cercanos. Apiñados
Reunidos por algo que hermana
Desde adentro. No amontonados.
No unidos por ropas ni sangres,
Ni títulos ni méritos dados,
(de esos que dan aquí abajo,
claro!). No! …
Revestidos de algo más puro,
Más potente, profundo y claro.
Capaz de blanquear de pureza
Al arroyo más oscuro
Y al malevaje más bravo...
El surco de aquella sonrisa,
La huella de aquel favor,
La deriva de aquel servicio,
Que en sólo servir vio su pago…
A veces imagino el cielo …
ese cielo tuyo, y también mío,
brillar con el brillo más grande
El de lo más preciado...
El de un eterno presente
alumbrando los pasos dados,
reuniendo a todo y a todos,
bajo el más profundo y sublime
De los significados:
El de la gratitud de quien recibe
con la gratuidad de quien ha dado.