Nací y me crié en un Buenos Aires en que plátanos y tipas sombreaban calles de adoquines, y en el que las familias vecinas compartíamos colegios y compañerismos múltiples entre hermanos. Pero que, al paso que las torres trocaban en frías y anónimas mis conocidas veredas barriales, nos mudamos al “centro”.
Volví al barrio para estudiar arquitectura (UB). Ya recibido –y ante alguna de las crisis recurrentes de nuestro país- comencé a diseñar y arreglar baños, cocinas, un gimnasio, oficinas… una hostería hasta que, en un momento de mayor despliegue–dirigiendo appart hoteles-, algo dentro mío empezó a pujar por salir. El bichito de lo humanístico me picó y empecé a averiguar por posgrados afines a ello… Lo cual terminó conduciéndome a España.
En la Universidad de Navarra cursé un máster en filosofía centrado en la acción humana, y me gradué con una tesis sobre la acción en Hannah Arendt. Al volver comencé a dar clases de ética, compartiendo esa actividad con un ejercicio de la arquitectura que me llevó sobre todo a hacer casas.
Cursé tiempo después una especialización en Gestión de Ongs (USal) y en Normas de calidad ISO (IRAM) y un diplomado en Logoterapia (UCC). Lo cual enriqueció mi marco conceptual y práctico para el abordaje y diseño de proyectos de desarrollo humano: personal, institucional y social.
Así como la arquitectura siempre fue para mí algo más que un hecho físico, funcional y constructivo: un arte que articula todo ello con lo estético, siempre vi los comportamientos humanos también desde sus aristas psicológica, personal y social. Con una mirada integradora y humanística. Mi tesis en filosofía de hecho indaga sobre las actitudes y exigencias éticas tanto de un sano despliegue personal cuanto de una sana organización política que lo posibilite para todos.
Publiqué en 2019 “El desafío de superar la incoherencia”, libro que se gestó en mí entre 2013-15, y me senté con disciplina a escribir en 2018. Tras lo cual comencé a diseñar y dirigir talleres de indagación existencial y desarrollo personal. Y a publicar reflexiones en Facebook (@SuperarNos”) e Instagram (@Superar.nos). que reúno en este sitio.
Advertir que la incoherencia podía constituir un fenómeno social e idiosincrático; e intuir que su origen podía vincularse con una incapacidad crítica, me ofrecía la posibilidad de explicar el origen de la fragmentación que sufrimos como sociedad. La raíz por la cual repetimos sin nunca resolver nuestros problemas: una incapacidad de distinguir que pone en riesgo nuestra posibilidad de integrarnos como sociedad.
Poder aportar para una comprensión de nosotros mismos, que ensanche nuestra posibilidad de superarnos como sociedad, terminó de convencerme de la validez de intentarlo. Lo mismo que me impulsa con SuperarNos.
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